sábado, 31 de octubre de 2009

"¿Matemáticas? Ufff...". Segunda parte: ¿por qué?

Como os contaba en la entrada anterior, mi historia con las Matemáticas es curiosa, porque tener que entrar en una ingeniería para darte cuenta de que ellas son tu verdadera vocación tiene un cierto aire de tragicomedia.

Si algún ser ajeno a este mundo de entes abstractos, cifras y letras (porque a veces tiene más de lo tercero que de lo segundo) busca por ahí qué son las Matemáticas, quizá se tope con la siguiente definición: "Las Matemáticas o la Matemática (del latín mathematĭca, y éste del griego μαθηματικά, derivado de μάθημα, conocimiento) es una ciencia que, a partir de notaciones básicas exactas y a través del razonamiento lógico, estudia las propiedades y relaciones entre los entes abstractos (números, figuras geométricas, símbolos)" (Wikipedia).

Sin embargo, espero que los que se dedican como yo a trabajar de un modo u otro con ellas estén de acuerdo conmigo en que la descripción anterior se queda demasiado corta. Sobre todo después de ver el siguiente árbol (para ampliar no pinchéis en la foto, sino en el link que está debajo):


Pues sí, amigos, esa monstruosidad son las Matemáticas: algo que ningún ser humano, por muy brillante que sea, será capaz de dominar y entender de forma completa. Lo cual es ciertamente triste, porque cuanto más aprendes de ellas más quieres aprender. Pensar que esa infinitud es inabarcable es como saber que existe el Paraíso y ser consciente de que nunca irás a él.

Las Matemáticas son perfectas en el propio caos que forman, lo cual no deja de parecerse a una de esas muchas paradojas que tanto apasionan a algunos matemáticos. Aun cuando si pudiéramos cogerlas y ponerlas sobre una mesa no aparentarían ser más que una masa informe y sin sentido, lo cierto es que al final aprendes a ver que esto que has entendido aquí funciona también con lo que te explicaron en la clase del otro día, y que este teorema encaja a la perfección con aquella propiedad de tal ecuación... Hasta están asociadas a cosas que nosotros no podemos ni siquiera imaginar pero cuya existencia puede demostrar simplemente porque no puede ser que no existan (por reducción al absurdo, por ejemplo). Todo está conectado entre sí.

Son frías y distantes. Puedes mirarlas durante horas, días, meses... sin que sean capaces de darte la más mínima pista para entenderlas. Es tu cabeza la que se adapta a ellas, y no al revés. Por eso puedes odiarlas, porque las Matemáticas están ahí, sin esperar que las comprendas. Se conforman con formar parte de todo cuanto nos rodea, desde el ordenador con el que os hago llegar todo esto hasta las infinitas dimensiones que componen la realidad.


La secuencia Fibonacci en la música (por Tool)


Pero también son agradecidas, y es que pocas cosas en esta vida producen tanta satisfacción como comprender. Estar simplemente pensando en algo y decir "Ya lo entiendo" o tener lo que se conoce como idea feliz es sencillamente gratificante. Además, forma parte de esas cosas que me hacen pensar que todos, en mayor o menor medida, tenemos implementadas las Matemáticas porque, si bien es cierto que hay razonamientos que pueden entrenarse, la mayoría de las veces es nuestro propio cerebro el que saca conclusiones. ¿Quién puso ahí esas ideas...? 

Quienes me conozcan desde hace años sabrán que yo no creía en Dios (aunque en lo que no creía realmente era en la Iglesia). Ahora no sabría decir si creo o no, pero si tuviera que jugármelo todo a una carta diría que sí (aunque de una forma muy personal), porque uno tiende a pensar en su ignorancia que algo tan perfecto no puede ser producto del puro azar. Leibniz dijo en su momento una cita reveladora acerca de este asunto:
Los números complejos son un refugio perfecto para el Espíritu Santo, son una especie de híbrido entre el ser y el no ser...

Y si es cierto que existe Dios (o como se le quiera llamar), me encantaría que me dejara usar su ordenador para poder ver lo que un simple humano no puede con sus propios ojos ni imaginar con su mente. Me gustaría poder contemplar el conjunto entero de números reales, llegar hasta el infinito y ver que la Conjetura de Goldbach es cierta, resolver las EDO's cuya solución no puede alcanzarse, saber si el Axioma de Elección es cierto o no, enseñarle a Jesús Gonzalo una base de Hamel... 

Por eso quiero ser matemático. Por eso y porque sólo un matemático es capaz de convertir la extravagante historia de una familia acaudalada (compuesta por cuatro hermanos que se dedican a manejar su dinero como les viene en gana) en un ejemplo de aplicaciones lineales; o de asegurarte que a partir de un balón de fútbol se pueden obtener dos exactamente iguales sin más que dividiéndolo en una serie de trozos y reagrupándolos mediante unos pocos giros; o de salir por la noche y asociar a cada persona con una aplicación lineal; o de ver una demostración y decir "Joder, qué elagancia"...

Supongo que ahora alguien se preguntará con más razón aquello de "¿Matemáticas? Ufff...", y no le culpo, pero lo que yo todavía me pregunto es cómo no me había dado cuenta antes de todo esto. ¡Un saludo y nos vemos en R3!

lunes, 26 de octubre de 2009

"¿Matemáticas? Ufff...". Primera parte: ¿cómo?

Empieza a ser bastante habitual que cuando digo que estudio Matemáticas, la gente frunza el ceño y diga algo así como "¿Matemáticas? Uff..."; imagino que hasta cierto punto es normal, pues poca gente en la vida encuentra su auténtica vocación (mucho menos en estas cosas) y, en caso de encontrarla, pueda dedicar su vida a ella.

Mi experiencia con las Matemáticas es, cuanto menos, curiosa. Si hace cuatro años (cuando entré en el bachillerato de ciencias con la clara idea de hacer una ingeniería) me hubieran dicho que iba a estudiar esta carrera, no me lo hubiera creído. Mucho menos cuando entré en la ETSIT (todavía me río con aquel Teleco Inside del que estábamos todos tan orgullosos), pensando que había encontrado mi sitio. Allí me topé con varios de los profesores más ineptos que he conocido (el bueno de Miguel Ángel Herrero consiguió que odiara la Física), lo que me llevó a dejarme Álgebra y a suspender Cálculo por estudiarla mal. No me lo tomé lo suficientemente en serio.

Más adelante, después de suspender estrepitosamente una asignatura tras otra (la mayoría por no presentarme), en verano me planté y tomé la determinación de seguir con la carrera (aunque más que porque me gustara fue porque no sabía qué otra cosa estudiar). Me preparé a conciencia los exámenes de septiembre y me fue bastante bien, me quité varios puros. Cálculo, entre ellos.

Ahí empecé a ver que las Matemáticas no eran lo que nos habían enseñado en el bachillerato, no. Detrás de todo aquel lenguaje formal, de los epsilones, los límites, los entornos, las integrales... se escondía algo monstruosamente perfecto que se escapaba a mi comprensión. Algo que cuadraba a la perfección aun formando parte de algo tan caótico como lo es el árbol de las disciplinas matemáticas.

Recuerdo con una sonrisa el día que tuve la primera idea feliz en una demostración y pude terminarla con el ya famoso c.q.d (como queríamos demostrar), o el día que completé los doces pasos que hacen falta para resolver una ecuación diferencial de orden n...

Pero no fue hasta estudiar a fondo álgebra lineal cuando fui consciente de que estaba perdiendo el tiempo intentando aprobar las asignaturas de mierda de Teleco, una carrera que me iba a hacer infeliz incluso el día en que dijeran que ya era ingeniero y que no tenía que volver. Al tiempo que iba entendiendo las aplicaciones lineales, los espacios vectoriales... crecía la aversión hacia la carrera que estaba estudiando.

Y me lancé a la piscina. Decidí darle un puñetazo a mi vida y darle la vuelta de forma radical. Me cambié de trabajo, dejé la carrera, me dejó mi novia (esto no fue decisión mía, pero le puso una nota de dramatismo acorde a la ocasión)... Me faltó cambiarme de sexo, vaya.

Y qué queréis que os diga, es probablemente y con diferencia la mejor decisión que he tomado en mi vida. Soy feliz porque estoy contento conmigo mismo, por haber hecho las cosas bien. Es duro, pero como dijo Sartre:
El secreto de la felicidad no está en hacer lo que se quiera, sino en querer lo que se hace...

Cuánta razón tenía. ¡Un saludo y nos vemos en R3!

... y en el próximo capítulo de "¿Matemáticas? Ufff...", la segunda y última parte: ¿por qué?

viernes, 23 de octubre de 2009

miércoles, 21 de octubre de 2009

Soy yo, soy yo

Sweet Hard se va a Colombia
Mis amigos del grupo Sweet Hard (banda de rock melódico, visitar en www.sweethardband.net), han recibido una oportunidad de oro: tocar en el festival de rock más importante de Colombia (en Cali), delante de 20.000 personas.

Mi más sincera enhorabuena por ellos, que se van a pegar el viaje de su vida con todos los gastos pagados a un país maravilloso si no tenemos en cuenta a Uribe, las FARC, el narcotráfico..., como reyes, en lo que puede ser su pelotazo musical.

Un día más...
He vuelto a dar una clase de SAGE a mi querida compañera Paola (un saludo Paola cuando leas esto), y he de decir que odio las pizarras de tiza, pero oye, qué le vamos a hacer. Observación: empiezo a estar quemadísimo de contestar dudas de SAGE a gente que luego ni me habla.


De SAGE no, pero de quesos Paola entiende...

En el trabajo he de decir que estoy contento con casi todos los alumnos (aunque no tanto por comerme el marrón del foro, pero bueno...). Además, he ideado un sutil artilugio para que no se vuelva a inundar la academia (nota: cuando llueve muchísimo y se atascan las alcantarillas, la planta baja de la academia se llena de unas aguas maravillosas porque una arqueta no está taponada). El aparato en cuestión son dos sillas con cajas de folios apiladas encima de la losa de la arqueta. Una maravilla digna de un ingeniero, ¿verdad?

Tengo unas ganas de salir de fiesta para despejarme que no os lo podéis imaginar...


 Fauna y flora de la academia la última vez que se inundó 

"Y fuera sigue lloviendo, pero da igual, yo ya estaba mojado por dentro..."


Y hasta aquí por hoy. ¡Un saludo y nos vemos en R3!
 
Anexo: odio a los italianos
Puta suerte tienen. Asco de Madrid\{Cristiano Ronaldo, Guti}. He dicho.

 

lunes, 19 de octubre de 2009

Teorema de 'conoces a...'

Sea un cierto Loren perteneciente a los tíos de un local X y sea una Esther perteneciente a las chicas maravillosas del local X, se cumple: 

a) Si Esther busca concienzudamente => existe alguna mujer guapa en el local X tal que pueda establecerse una biyección entre el cierto Loren y ella. 

b) Para toda mujer guapa, si Esther pregunta => la mujer guapa escucha (esto no se cumple con ningún otro miembro masculino del entorno de Loren). 

c) Si Esther dice "¿conoces a Loren...?" y mujer guapa no tiende a irse al infinito => Esther tenderá a irse y Loren tenderá a mujer guapa (Teorema de Encaje). 

d) Si mujer guapa de X se muestra receptiva => f(Loren) define un isomorfismo entre las partes de la chica  (P(chica)) y las suyas propias (P(Loren)). 

Corolario: hay que tener mucho cuidado al definir la biyección f, puesto que puede presentar ciertos puntos críticos en los que el límite de la paciencia de mujer guapa tiende a cero (salto finito) o sencillamente no existe. Estas dos discontinuidades son inevitables en la mayoría de los casos.

Algunos hombres buenos

Fin de semana extraño
Después de un curioso y agradable viernes con final feliz y mucha juerga (hay que joderse, que tenga que irme de Teleco para poder marcarme una fiesta en condiciones con la gente de allí...), llegó el sábado con más pena que gloria (recordemos los agradables ardores de estómago provocados por el garrafón).

El plan era sencillo, cumpleaños de una amiga, que organice todo ella y a mí dejadme en paz mientras me echo la siesta tranquilo. Mi colega Berto y yo nos quedamos en mi casa viendo cómo la lluvia encharcaba el Circuito de Interlagos mientras el resto de los asistentes a la fiesta quedaban para hacer botellón (no, no somos antisociales, al menos no del todo, sino que no queríamos emborracharnos aunque fuera por probar una vez a ver qué tal).

No obstante, al final nos acercamos al botellón (cargados de Energy Drink para aguantar la noche), y ya algo empezaba a hacerme sospechar que no iba a ser una noche fácil: una tía llorando porque le había dicho que técnicamente era culpa suya su forma de hablar (¿...?), un montón de chavales de dieciséis al borde del coma etílico, un tío pidiéndome un cigarro mientras se iba para todos lados, un notas tirándose con un monociclo por una cuesta, la del cumpleaños intentando cazar patos...


Definitivamente, algo no iba bien...

La primavera de Vivaldi 
Después de toda la odisea del botellón, Berto y yo nos separamos del grupo (gracias a Dios, porque al parecer los que tan amigos eran antes de beber acabaron a hostias para seguir sumando puntos a una situación surrealista), para ir a buscar a otra amiga pero claro, cómo no, nos dejó plantados después de que fuimos a buscarla al otro lado del parque de las Cruces y, después (y andando), al metro de Caranbanchel. A Berto le hizo muchísima gracia perder una hora para nada.

A partir de entonces, mi colega empezó a perder a pasos agigantados la cordura y la paciencia y es que, como bien señala su blog, provocarle no es una buena idea. Decidimos ir a cenar para hacer tiempo mientras el resto del grupo regrebaba, y nos encontramos con que en el MacDonald's deben pensarse que somos gilipollas o algo:

En un intento por tomarse las cosas con humor, mi buen amigo se metió en el baño y se puso a cantar a voz en grito La primavera de Vivaldi. Tan concentrado estaba en su recital que no se dio cuenta de que otro señor entró en el baño y se quedó con cara de "Dios, dónde me he metido". Cuando Berto salió y se encontró con el simpático desconocido, su cara era un poema. Hacía mucho tiempo que no me reía tanto.

Bohemian Rhapsody
Bueno, los detalles de lo que ocurrió en Bohemia se los dejo a Berto (que los colgará en breve en mequejosimeprovocas.blogspot.com). Sólo añadir que para una tía que parecía que podía hacerme caso, le dio un chungazo y por poco se le sale hasta el estómago por la boca. Tuvieron que retirarla del terreno de juego.

Definitivamente, no, el sábado no fue una buena noche:


Asco de noche


Aún quedan hombres buenos
Después de un domingo desapasionado (y decepcionante por la victoria de Jenson Button en el campeonato del mundo de Formula 1 en detrimento de mi favorito, Rubens Barrichelo, que partía de la pole y tuvo una mala suerte después de pasar por boxes horrible), vuelta a la realidad del lunes. Aunque ha sido un día especial porque he dado mi primera clase en universidad (de programación a unos cuantos compañeros), también ha sido un día agitado.

Y es que he perdido mi móvil nuevo, con apenas tres semanas y por el que me hubiera tocado cumplir dos años de contrato con Movistar inservibles de no ser porque todavía, gracias a Dios, hay gente buena en este mundo, que se encuentra algo que no es suyo y no duda en devolverlo. La persona en cuestión es Jorge Rodríguez, compañero de carrera, al que pienso invitar, por lo menos, a una cerveza en agradecimiento. Gracias, gracias, gracias. 

Y hasta aquí por hoy. ¡Un saludo y nos vemos en R3!

sábado, 17 de octubre de 2009

¿Conoces a Loren?

Nostalgia 

Ayer me levanté con pocas ganas de ir al dentista, no porque le tenga miedo, sino porque me jode tener la boca dormida durante dos horas y tener que estar pendiente de no morderme cosa que, por supuesto, hice un par de veces sin enterarme (nada sangriento).

Pero bueno, el día pintaba bien: comida con mis antiguos compañeros de El ECO de Teleco, la revista en la que participaba cuando estaba estudiando ingeniería. Sin embargo, fue aún mejor porque acabamos echando una larguísima timba de póker (aunque no tardaron en echarme de la mesa), y recordando viejos tiempos. A pesar de que estoy muy contento de haber dejado Teleco, siempre echaré de menos a ciertas personas y ciertas cosas.

Y claro, se aprovecharon de mi nostalgia para convecerme de salir con ellos por la noche. La buena de Pilar nos llevó a un banco de mala muerte en el culo del mundo en el que, según ella, 'no hacía nada de frío porque estaba resguardado'. Los cojones. Si un sitio rodeado de verjas está bien resguardado del frío, que venga Dios y lo vea. Con deciros que todos temíamos acabarnos el cubata para no tener que meter la mano en la bolsa de hielos...



El acogedor banco de Pilar 

Siete vidas tiene un gato

Después de tres hipotermias en el botellón, decidimos que  a Cats. No es un sitio que particularmente me agrade demasiado, pero tampoco era plan de protestar porque se supone que íbamos a pasar por lista. Con lo que no contaban mis queridos amigos de Teleco era la enorme cola que había en la puerta. Y es que el nombre del sitio es muy apropiado, porque tienes que tener siete vidas para entrar en ese sitio por lista (tres por la espera y otras cuatro para sobrevivir a los empujones). Esther por poco muere aplastada, atención, intentando salir de la cola. Y es que es impresionante lo que puede hacer el ser humano con tal de no pagar dos copas. Yo no soy muy partidario de soltar dinero para entrar en los sitios, pero lo prefiero antes de jugarme la vida rodeado de niñatas que van de divas y que se creen que pueden empujarte como si fueras un pelele y de niñatos que intentan colarse y, ya de paso, meter mano todo lo que pueden.

Con esas, decidimos ir al Ricorda, donde había una fiesta de Medicina del CEU. Aunque tuvimos que pagar, inevitablemente, por entrar y consumir dos copas de garrafón que mi estómago está agradeciendo con simpáticos ardores.


 
Cola de Cats, 17.00h 

"Perdona, ¿conoces a Loren?"

Nunca pensé que funcionara de verdad, pero gracias a que Esther hizo los honores podemos decir que el conoces a... funciona. Este puede ser un buen teorema que desarrollaré más adelante. 

Hoy no hay hipervínculos. 

No hay mucho más que decir, no se me ocurre ninguna foto graciosa que esconder detrás de las palabras. Es posible que más tarde actualice con el resultado de la Sesión de Clasificación de Formula 1 (19.00h, Circuito de Interlagos, Brasil). ¡Todos con Rubinho!


Esta puede ser la última oportunidad de Rubens
Barrichello de ganar un campeonato de F1



La vida puede ser maravillosa

Homenaje a Andrés Montes.

jueves, 15 de octubre de 2009

Inspiración

Publicado el 3 de noviembre de 2007 en metroflog.com/tisaarus y actualizado para Un matemático de paso 

Inspiración 

Últimamente, tengo un problema a la hora de enfrentarme cara a cara con mi blog.

Levanto la tapa del portátil, pulso el botón de arranque, aspiro profundamente mientras arranca Windows, dejo que cargue el explorador (nada de Internet Explorer, siempre Mozilla Firefox). Google me da la bienvenida.

El cursor del ratón se desliza sin prisa hasta la barra de dirección y mis manos comienzan a deslizarse sobre las teclas escribiendo la dirección: "w...w...w...[...]". Un vistazo rápido a toda la página por si alguien ha escrito algún comentario sobre las memeces que suelo publicar. En el lateral derecho el vídeo de la semana que no me canso de escuchar. Visito el blog de Berto Q. a ver si él ha tenido una idea brillante sobre la que escribir.

Nada. Vuelvo a mi página, que sigue exactamente igual. Quizá sea hora de escribir algo nuevo.

Mierda. Una vez más no encuentro las palabras, ni las ideas, ni las imágenes que me inspiren para escribir. Miremos las fotos recientes del móvil, a ver si hay algo de la Universidad... Nada.

¿Un relato? No creo. Los que tienes ya escritos son demasiado personales como para publicarlos, y la idea que ronda tu cabeza está muy verde todavía como para meterle mano.

¿Algún pensamiento trascendental? No, son las once de la noche, no es buen momento para darle vueltas a la cabeza...

En la pantalla, el cursor de texto sigue parpadeando una y otra vez, siempre con la misma cadencia, indiferente ante mi falta de inspiración. Un destello naranja en la parte inferior del monitor indica que alguien quiere conversar conmigo por el Messenger. "Lo siento -me digo-, pero ahora tendrás que esperar a que se me ocurra algo".

Pasan los minutos contemplando el blanco de la pantalla donde se escriben las entradas. Espera que la rellene con un título, un texto y algo gracioso, la muy exigente.

Pues se va a joder, porque hoy no sé qué escribir.

... Es curioso ver cómo la historia se repite casi dos años después...

miércoles, 14 de octubre de 2009

Miércoles 14

Nota: el blog tiene más gracia si pincháis en los hipervínculos de las entradas (enlazan con fotos sorpresa).

Cómo conocí a vuestra madre 

No sé hace cuánto está la tercera temporada de Cómo conocí a vuestra madre colgada en www.seriesyonkis.com (en inglés con subtítulos, altamente recomendado), pero he de decir que los dos primeros capítulos son geniales. Los guionistas se merecen todos los halagos del mundo por hacer una serie que consiga que me ría a carcajadas (pocas), incluso en un martes 13 como el de ayer. No digo nada de la trama para no marcarme un spoiler como la copa de un pino y así evito riesgos de este tipo.

Le doy un 11/10. A ver si ya en esta temporada sale quién es la susodicha.



Teorema del miércoles 14 (n-esimo corolario de la teoría de olas)
Cálculo de puta madre => suspenso en Conjuntos (el recíproco no se cumple en general)

Cortesía de Berto Q., que dijo textualmente y con esta caligrafía 
"Lo jodido no son los martes 13, no: lo jodido son los miércoles 14".
SAGE (o cómo Fundamentos de Programación me va a salvar el culo)

Ya han colgado la práctica de SAGE (programación en Python para los ajenos a la maravaillosa y tan reconocida socialmente como una mujer en un país musulmán carrera que estudio). Como era de esperar, me va a salvar que ya aprendí en su día a programar en Java en la maravillosa FPRG, porque por lo poco que he visto la práctica no tiene nada de fácil y más de uno preferirá suicidarse directamente a quedarse calvo de pensar delante del ordenador (sí, que no os importa tiraros horas delante del tuenti o el messenger, pero cuando hablamos de trabajar os da cosita, ¿eh? ¿Qué pensabais, que en Matemáticas no se ve programación? ¿Y si no trabajáis de profesores, de qué vais a trabajar si no es picando código, convirtiendo café en teoremas?).

Aquí quería poner el sonido de una risa malévola, pero esto es lo único que encontrado en el youtube: http://www.youtube.com/watch?v=XMm1DXbnOm4&feature=related Decidme que no es para matar al crío de los cojones :-D 

Órdago a grande 

En lugar de estudiar Conjuntos (lo que tampoco habría hecho que el examen me fuera mejor porque soy un canelo), me he quedado a jugar al mus un rato. Lo único reseñable es que he perdido. Magnífico.

¿Qué hemos aprendido hoy? ¡Que hay que jugar a la pocha! 
 

Este Otegi no sabe perder ni al mus...


Y hasta aquí por hoy. ¡Un saludo y nos vemos en R3!

martes, 13 de octubre de 2009

Empezamos...

Espacio publicitario: ayer por la noche quedó inaugurado de forma oficial el blog Me quejo si me provocas (del que ya hablé en la primera entrada), escrito por Berto Q. y en el que quizás (es un decir) participe como editor (prefiero llamarlo editor a "el tipo que se encarga de la lectura y corrección de ideas y que se acaba comiendo todos los marrones por no cumplir los plazos del autor mecagoenlaput..."). Este blog pretende hacer crítica constructiva exponiendo esas simpáticas costumbres que el ser humano en general tiende a hacer con el simple objeto de molestar al prójimo.

Como también dije en la entrada anterior, este blog está dedicada a contar mis propias anécdotas. No sé muy bien por dónde empezar, pero haremos un intento: 

Hoy no ha sido un buen día.
Teniendo en cuenta que me he perdido una clase de Magdalena Walias (lo que equivale a decir que no he cogido en número importante de apuntes) y la explicación de la práctica de Álgebra del jueves por llegar tardísimo a la Facultad, podemos asegurar que hoy hemos empezado el día con mal pie. 

Después de una extraña clase de Conjuntos y Números (en la que Ernesto G., una vez más, ha decidido dar un millón de vueltas al mismo concepto), y de una clase de Laboratorio en la que el profesor (sigo sin saber cómo demonios se llama este tipo tan simpático de la barba), no es que no haya sabido explicarme una duda sino que encima se la he tenido que resolver yo, lo único decente que puedo decir es que al menos me he echado unas risas con Nico mientras intentaba descifrar los enunciados del SAGE.


Apuntes dados por Magdalena Walias en 5 minutos


Me cago en mi yo del pasado.
Cada día que pasa me vuelvo más vago, y eso pasa factura. Os comento: aunque curiosamente siempre tardo una hora y quince minutos en ir de mi casa a la Facultad, en sentido inverso la duración del recorrido oscila de forma aleatoria. Eso significa que hay días en los incluso me sorprendo de lo eficiente que es la RENFE. 

No obstante, mi propio subconsciente se encarga de equilibrar semajante anomalía (¿cómo iba yo a tener tiempo de echarme la siesta un puto día, por Dios?). Y es que, por no echar a correr, literalmente, 5 metros, he perdido el autobús que me lleva a casa. 

Conclusión, he llegado a casa veinte minutos más tarde (sí, al autobús también le da por corregir mi suerte) de lo que habría llegado de haber decidido fatigar un poco mis pulmones. Ya en casa he visto que, efectivamente, sólo me daba tiempo a comer (qué digo comer, engullir) y salir corriendo al trabajo, me he cagado en mi yo del pasado.


Emmett Brown también se cagaba en su yo del pasado


Me pagan por esto.
¿Tú no deberías estar trabajando? ¿No decías que salías a las 22.00h? En efecto, amigos, mi horario laboral termina a esa hora. Sin embargo, hoy sólo he tenido clase de 17.30 a 19.00 y recordando que me dedico en exclusiva a eso, no es muy difícil adivinar que las tres horas que van desde las 19 hasta las 22 no estoy haciendo nada.

Bueno, para ser sinceros del todo, me encargo del mantenimiento del Foro de la academia, lo que se traduce en subir apuntes y contestar dudas. Como todavía no se ha descargado el programa para hacer apuntes (MiKtEx, basado en LaTeX) y la página en sí no tiene demasiada afluencia, aquí me tenéis, haciendo algo productivo con el foro. 

Y sí, me pagan por esto. ¡Coño, no iba a ser todo malo!


El foro en hora punta


Y hasta aquí por hoy. ¡Un saludo y nos vemos en R3!

lunes, 12 de octubre de 2009

Un matemático de paso.

Bienvenidos a la web Un matemático de paso, un nuevo proyecto en el que dedicar el poco tiempo libre del que dispongo. Este espacio, en colaboración con el que acaba de estrenar mi buen amigo Berto Q., pretende contar nuestras anécdotas del día a día. Espero que lo disfrutéis tanto como nosotros haciéndolo.