Sí, en efecto. Como
todos esperábamos: han ganado. Nos han ganado esta batalla lenta,
oculta, latente, que lleva años gestándose. Han salido victoriosos con
una mayoría absoluta y sobradamente absolutista, pero lo peor de todo es
que no hay nada nuevo. Señores, hoy han vuelto a ganar los políticos.
En
torno a un ejercicio que ellos hacen llamar democracia, un grupo de
señores muy bien vestidos y todos pertenecientes a partidos con
conocidas siglas han montado un negocio impecable en el que ellos, y
sólo ellos, ganan. Más próximo el sistema a la partitocracia que a la democracia,
los políticos nos han dicho una y otra vez que esto es lo que hay,
lentejas, que si las quieres bien y si no, pues vota al otro señor con
traje que me insulta todos los días pero que acabará haciendo lo mismo
que yo... hasta que yo vuelva a salir elegido.
Nos han ganado una batalla que porque nos han convencido y nosotros hemos acabado creyendo que esto tiene que ser así.
Que para salir de crisis que ellos mismos se han inventado, que para
que los que siempre han ganado dinero sigan ganando más dinero, tenemos
que agachar la cabeza, apretar los dientes y esperar a ser sodomizados y
espermados en la cara. Que se ha acabado la fiesta.
No
hay mejor victoria, ni más deliciosa, que la de que sea el contrario el
que acabe dándote la razón y eso es lo que nosotros les hemos dado:
pasividad y fe ciega. Estos señores, y Bruselas, y Merkel, y Moody's...
se están relamiendo de gusto. Que disfruten de su sabor, porque nada es
para siempre.
Me
voy a estudiar Teoría de Galois un rato, porque a pesar de todo, los
que de siempre hemos tenido que ganarnos las cosas con el sudor de
nuestra frente lo tendremos que seguir haciendo, mande quien mande...
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