Desde que escuché por primera vez A place for my head (hace ya 8 años de eso y 10 de la publicación de su primer disco, el increíble Hybrid Theory), me fui convirtiendo de forma progresiva en un gran admirador de este grupo. Tanto es así que, en cuanto tuve la oportunidad, junté 20 euros (una auténtica fortuna para la economía de un chaval de 14 años) y me compré el Reanimation (a simple vista, un remix del primero, pero que escondía algunas sorpresas). Ese mismo año, actuaron en la plaza de toros de Vista Alegre, aunque por algún motivo que no alcanzo a recordar me fue imposible acudir.
Más adelante, en el 2003, sacaron su gran obra maestra, la que les consolidó como un grupo de referencia dentro del nu-metal: Meteora. Con aquel nombre, inspirado en los Monasterios de Meteora, al norte de Grecia, alcanzaron su madurez musical (y visual, los videoclips de Somewhere I belong, Numb, From the inside y, sobre todo, Breaking the habit). Durante la gira que dieron por todo EEUU, grabaron el Live in Texas (compuesto por un CD y un DVD), probablemente uno de los conciertos más espectaculares que he tenido oportunidad de escuchar (muchas veces, las canciones suenan incluso mejor en directo que en los discos). Después llegaría el Collision Course (disco en el que colaboran con Jay-Z, construyendo un remix), y Minutes to Midnight (donde se distanciaron de la estética anterior y el nu-metal para desarrollar un sonido mucho más limpio que en los discos anteriores, acercándose más al rock y por el que recibieron bastante palos de la crítica).
En 2008 tuve por fin la oportunidad de verles en directo en el Festimad (previo pago de 60 euros), con otro fanático de Linkin Park y mi hermano (también pude ver allí a otro de mis grupos favoritos, Lost Prophets, que tocaron justo antes que ellos). De eso hace ya dos años y, fieles a la promesa de no hacernos esperar demasiado, los miembros de Linkin Park acaban de sacar del horno su nueva obra...
A thousand suns
Como ya se venía anunciando desde las primeras tomas de contacto, quienes busquen en este disco la esencia de Hybrid Theory o Meteora van a darse de bruces contra algo distinto, en todos los aspectos. Tampoco van a encontrarse con el estilo del Minutes to midnight (que, si bien se trata de un disco muy trabajado, nunca acabó de convencer del todo; a diferencia de los demás, no es un disco que escuchas mil veces y sigue sorprendiéndote).
Y es que se trata, en efecto, de un disco alternativo, mezcla de rock, rap y electrónica, que muchos no dudarían de comercial (sobre todo por esta última), aunque nada más lejos de la realidad. Si Linkin Park hubiera querido ser comercial, ya tenía un basto público al que satisfacer explotando hasta la saciedad la fórmula del éxito que ya cosecharon con Meteora. No obstante, no les ha temblado el pulso a la hora de sumergirse en la experimentación y nos ofrecen algo fresco. Es cierto que al principio puede chocar a cualquier fan sentarse a escuchar las nuevas canciones y no encontrarse con el sonido de antes, pero de forma progresiva uno va encontrándole el punto al disco (como muchos otros alternativos, que hay que escuchar varias veces hasta que tu oído se acostumbra).
Voces distorsionadas, ritmos africanos, hip-hop muy pesado, canciones melódicas, algunos retazos de Pink Floyd, riffs de piano, percusión modificada para que parezca electrónica (ojo, que sólo lo parece, porque está claro que el baterista Rob Bourdon ha contribuido y mucho en la elaboración de este disco desde su batería acústica) y algunos scratches espectaculares de la mano de Mr. Hanh son sólo algunas de las sorpresas que Linkin Park nos han reservado en A thousand suns. Aunque si hay algo que destacar por encima del resto son las letras: por primera vez en todo este tiempo, tengo la sensación de que las canciones de Linkin Park me transmiten un mensaje. Están realmente trabajadas.
Quiero invitar a todos los apasionados de la música a darle una oportunidad; no es un disco fácil de digerir, pero desde mi punto de vista es sencillamente una obra maestra. ¿Que no es el estilo propio de la marca Linkin Park? Para mí, la música buena es sencillamente eso: buena; no importa la etiqueta que lleve la carátula del disco.
"Someday, the weight of the world will give you the strength to go..."
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